Todos los niños, en algún momento de sus vidas nos hacen esta petición: Papás, quiero una mascota.
Es muy importante que los más pequeños vivan su infancia con otro ser que los haga sentirse queridos y con el que poder compartir sus juegos y tiempo libre.
Es bueno que exista este contacto entre ser humano y animal. Crear un vínculo tan importante favorece el crecimiento interior de valores tan importantes como la amistad, la lealtad y la bondad.
En ocasiones, muchos padres son reacios a que sus hijos tengan animales por las obligaciones que esto supone: cambiar el agua a los peces o tortugas, limpiar la jaula de los pájaros, sacar al perro a pasear.
Debemos ser conscientes de que, tener un animal no significa una carga, debemos aprovechar sus necesidades para darle a los niños unos hábitos, unas rutinas y un concepto de responsabilidad que a lo largo de su vida tendrá que asumir.
Es necesario que, antes de adquirir alguna mascota, expliquemos a los niños lo que su compañía significa, tanto positiva como negativa. Y saber valorar que la parte positiva es mucho mayor que la negativa.
Quiero compartir con vosotros un vídeo que hemos creado mis compañeras de Aulas Digitales y yo. Se titula: Nunca lo olvides.
Con él pretendemos favorecer una reflexión importante hacia este tema. En muchas ocasiones decidimos comprarle una mascota a nuestros hijos, solo por el mero hecho de no oírlos más pedir la misma cosa o para que Papá Noel cumpla sus deseos.

Antes de tomar una decisión tan importante debemos de ser conscientes de que los animales no son juguetes.
Ellos sienten, se alimentan y necesitan el amor de hogar como cualquier otro ser vivo. No son objetos que se puedan romper o devolver, son una vida, un miembro más que forma parte de nuestra familia.
Ellos sienten, se alimentan y necesitan el amor de hogar como cualquier otro ser vivo. No son objetos que se puedan romper o devolver, son una vida, un miembro más que forma parte de nuestra familia.
Por ello, os pido que reflexionéis antes de dar un paso tan importante. Que seáis conscientes de lo que tenéis en vuestras manos y os pido de todo corazón, que si no estáis dispuestos a amarlos y cuidarlos, no tengáis uno.
Quiero aprovechar, y decirle a todas esas personas con el corazón grande, dispuesto a amar, que no es necesario tener un animal de raza o con pedigree. Existen diferentes protectoras y perreras donde viven distintos tipos de animales capaces de dar el mismo amor o más, que cualquier otro.
No lo olvidéis: LOS AMIGOS SON PARA SIEMPRE.
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